Duda técnica...

¿Cómo es?

¿"Vale madres" o "NO vale madres"?

Gracias.

Una vida mejor presenta: ¡Ya no más nalgas frías!

Para esas noches de otoño que la temperatura baja a lo pendejo, no hay nada peor que llegar al baño a tirar al castor y sentarte de sopetón en la fría e inerte taza.

Para que sus glúteos no sufran y se acalambren ( es cierto, a mí se me han dormido las popochas) utilicen el ingenio casero.

Sólo necesitan el rollo de papel

Cortar 2 pedacitos (o 3 si es usted muy tambochón)

Y ponerlos de manera simétrica en la herradura del baño.

¡Verá usted los resultados de inmediato!

La manera en la que las asentaderas responden a la temperatura normal, lo hará poder hacer sus necesidades sin problema. Deje de pensar en el calambre congelante y concéntrece en el placer de poder tirarse una flatulencia acompañada de su pastelito a todo gusto.

¡De nada!

Vampiros en Soriana

Ayer fui a surtir la despensa con doña Chóstoma y las pequeñas Chostomitas. Alessandra la mayor andaba emocionada con el Halloween porque tenía su disfraz de bailarina macabra, o como ella le puso: "De bailarina darketona".

Platicando de las brujerías de todos los años, y de cómo un pasillo de congelados imaginativamente era transformado en un mundo horripilante, (cabe aclarar que había 2 viejas horrendas comprando flautas del cazo que ponían más caché al ambiente), le decía a Ale de cómo las leyendas cambiaban de país a país. En esas estábamos hablando del terror de la noche y 2 murciélagos revoloteaban adentro del supermercado, no sé si aparéandose o agarrándose a putazos.

2 murciélagos que iban de repente pululando entre ellos y luego uno por uno dando vueltas a placer por todo el super a ras de suelo.

Obvio, a la niña se le quedó grabada la escena. Tanto como a tí, fino amigo, que a los 10 años piensas e imaginas que de repente se hace realidad lo que estás celebrando.

Toda la noche y hasta que la fui a dejar a la escuela no paraba de hablar de las fuerzas malignas que hicieron que los "vampiros" aparecieran esa noche mientras comprábamos los víveres.

La dejé que lo creyera.

Es demasiado pronto para decirle que era hora de que en Soriana limpiaran sus bodegas.